jueves, 29 de diciembre de 2011

"Grow old with you"

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Lo peor que puedes hacer, o mejor dicho, no hacer, es no compartir tu vida con alguien. 

(No me refiero al matrimonio)

Me refiero a la idea, la sensación de estar con alguien, tener a alguien con quien crecer (como persona), y ¿por qué no envejecer? 

I wanna gow old with you...

lunes, 26 de diciembre de 2011

Strangers, de White Lies

"Strangers don't hide/ the morning hunts you down/ but there's nothing stranger than to love someone"


Fotografías

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Saqué del fondo del armario unas viejas fotografías. Las observé por un breve momento, y regresé a mi infancia,  no ten lejana, no tan olvidada. 

Insisto en que el tiempo se nos va estando y haciendo "cosas" que no queremos; y lo más importante, estando lejos de la persona que queremos. 

¿Cuándo llegará el día en el que diga "estoy muy bien aquí conmigo misma, contigo"? 

De verdad espero que algún día no tenga tantas inquietudes. 

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viernes, 23 de diciembre de 2011

C'est la vie mon amour...

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Les ha pasado que están escribiendo sus propósitos de año nuevo, pasan algunos cuantos sucesos importantes, y ahora, otra vez se encuentran pensando qué -cosas- quieren cambiar en/de su vida (para bien) 

Sé que todavía no es año nuevo, sin embargo ya estamos a una semana del 2012. (Sé que muchas personas -incluyéndome- no somos muy festivas, pero no por eso cesa el asombro por el increíble curso de la vida).

A pesar de que haya veces en las que piense o diga "por qué es tan largo este día, esta semana, esta clase", la verdad es que al final, cuando miras hacia atrás, te das cuenta de la impresionante rapidez con la que ocurren los eventos, la vida. 

Cuando era pequeña, mi mamá me decía que conforme yo creciera sentiría más corto el tiempo... Espero que no todos los momentos los perciba "fugaces"...

Hay veces en las que sentimos una fuerte necesidad por detener el tiempo y hacer los momentos eternos; hay otras veces en las que queremos que suene la campana para salir al recreo (como en la primaria o en la secundaria); hay veces en las que queremos que las vacaciones lleguen, y hay otras veces en las que queremos volver a clases... Sin embargo, por más que deseemos que el tiempo se detenga o tome más velocidad, debemos dejarlo atrás, olvidarnos de la hora y platicar, reír, o cualquier verbo que estemos haciendo... Aunque si no hay felicidad en tu rostro o tu corazón, no creo que valga la pena vivir. Sí, sí, sé que es una frase cliché y que sueno a libro de auto-ayuda o superación personal, pero....

¿Cuándo fue la última vez que comieron nieve y se ensuciaron la cara y la ropa?
¿Cuándo fue la última vez que salieron con sus amigos de la cuadra y se rieron por cualquier estupidez? O ¿Cuándo fue la última vez que hicieron una guerra de globos con agua? 
¿Cuándo fue la última vez que le soplaron a las velitas del pingüino marinela, o del pastel (si tuvieron suerte jaja)?
¿Cuándo fue la última vez que se levantaron con muchas ganas de empezar el día? 

En fin, ¿cuándo fue la última vez que vivieron sin preocuparse porque su blusa no combina con el pantalón? o por si  se manchan por comer helado, o por las calorías que tiene el helado ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste a tu mamá/papá "¿puedo dormirme contigo?" ¿cuándo fue la última vez que coquetearon con alguien por el puro placer de coquetear? ¿Cuándo fue la última vez que mordieron a alguien al besarlo/a? ¿Cuándo fue la última vez que le dijeron a alguien "te quiero"? 

En fin, yo sólo quiero que se olviden del tiempo, que se olviden del "lunes" que nos quiere mucho; que bailen aunque no sepan bailar; que canten y griten mucho en las fiestas y conciertos; que abracen y que besen mucho y rico; que tengan mucho trabajo y una recompensa a dicho trabajo (aunque "trabajo" sólo sea una palabra aburrida y ustedes la llenen de vida), pero recuerden que no importa lo qué hagamos, si no lo hacemos con/por una razón fundamental.

"La vida es lo que pasa mientras hacemos planes" John Lennon

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Quelqu'un m'a dit, de Carla Bruni
"On me dit que nos vies ne valent pas grand chose, elles pasent en un instant comme fanent les roses" 

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Eutanasia desde la perspectiva jurídica, filosófica y ética

He aquí un pequeño escrito para el curso de Filosofía del Derecho, acerca de la eutanasia. 
Cualquier cosa, comenten, adelante! 


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El ser humano, desde que nace tiene ciertos derechos, llamados por Ronald Dworkin “strong rights”; esto quiere decir que “los individuos tienen derechos, aún cuando éstos no están positivizados en ningún texto legal”[1].  La Constitución Mexicana, en el artículo 14, dice que “nadie puede ser privado de la vida”, esto incluye al embrión ya concebido. Sin embargo, la eutanasia o “el bien morir”, se encuentra en un debate interminable, pues este proceso hace que filósofos, antropólogos, juristas y biólogos, principalmente, debatan la legalización o la penalización de la eutanasia; aunque la muerte es un proceso “natural” que le concierne a todo ser humano.
La ciencia del día de hoy, específicamente hablando de la medicina, es muy avanzada; y es gracias a ella que muchas personas pueden llevar una vida “mejor”, hablando en términos de salud.  La función de los médicos es la de cuidar y sanar a las personas. Aunque en el juramento de Hipócrates no se menciona nada acerca de la eutanasia, se dice que “fijaré el régimen de los enfermos del modo que le sea más conveniente, según mis facultades y mi conocimiento, evitando todo mal e injusticia.”[2] Entonces, por ejemplo, si un médico tiene como paciente a una persona muy enferma, llena de dolor anímico y sin alguna esperanza, ¿tiene el médico el derecho de quitarle el dolor al paciente, quitándole la vida? ¿Es buena está acción? ¿Es justa? La eutanasia sólo sería buena y justa, cuando fuera analizada por el paciente, quien después de reflexionar sobre su vida con algún/algunos padecimientos, e informarse sobre los tratamientos, y si es posible una curación y volver a estar a sano, le pidiera al médico que le realizará la eutanasia con el fin por parte de ambos de cesar el dolor.
En los países de Holanda y Bélgica, la eutanasia es legal. Para legalizar la eutanasia, y para llevarla a cabo, están unos puntos o reglas que deben seguirse, como el ser mayor de edad; estar consciente y pedir el tratamiento dando el consentimiento (verbal y escrito) al doctor, revisando muy bien el testamento y sobre todo, ¿qué se hará con los órganos post-mortem?, ya que si están en buen estado podrían donarse, y salvar vidas. Estos son sólo algunos puntos, pero también están otros puntos de igual relevancia pues el médico tiene que “estar seguro de que el sufrimiento del enfermo es insoportable y que el paciente no tiene posibilidades de recuperación”[3]. Además, el médico junto con el paciente al que le realizará la eutanasia, “deben de contar con una segunda opinión médica que certifique que el doctor (principal) del paciente ha cumplido con los requisitos de la eutanasia”[4] y el último punto, pero de igual importancia sería que la eutanasia fuera sin dolor alguno, ya que es la finalidad de dicho proceso, la cesación del dolor.
La vida no es algo simple, y al padecer alguna enfermedad, (ya sea terminal o desconocida hasta el momento, y por ende sin información ni tratamientos), será más difícil. Si bien no todas las personas tienen dichas enfermedades,  las que las padezcan puede que sus síntomas sean iguales, similares, o diferentes; esto se debe al tipo de enfermedad y su avance en el organismo, y a la sensibilidad y defensas de la persona.
Además de la sensibilidad, las personas tienen una capacidad racional, y es por dicha capacidad, y por la esperanza en un perfeccionamiento o mejoramiento, que pueden reflexionar sobre su vida. Los pacientes pueden pedir informes a los médicos sobre su enfermedad, sobre tratamientos para dicho padecimiento; también pueden preguntar algo que es muy difícil, pero que es mejor saberlo por más duro que sea: ¿la enfermedad tiene solución? ¿O voy/se va a seguir padeciendo dolor, tristeza, angustia, entre otros sentimientos y emociones desagradables y desfavorables?, que si bien el paciente es el que los siente principalmente, también los sienten sus familiares.
Los casos donde la eutanasia se aplica varían y se toman en cuenta principalmente al paciente y su enfermedad, más la información que el doctor le haya proporcionado sobre las posibles soluciones al padecimiento, y la decisión final del paciente, es decir,  el consentimiento o la negación a la eutanasia en este caso, aunque el consentimiento es necesario para muchas investigaciones médicas.
En el caso de personas que viven “artificialmente”, pues están conectadas, si hicieron testamento, se lleva a cabo lo que ahí especificaron, su voluntad; en el caso contrario, la familia decide qué hacer con la persona: ¿desconectarla o no? ¿Donar o no sus órganos que estén en buen estado?
Y sobre las personas que se encuentran en un coma, y que no tengan familia, ¿qué pasa con ellos? Como en los países de Holanda y Bélgica, la eutanasia es legal, en el 2009 salió una nota periodística[5] en la que los médicos se cuestionaban si seguir con lo acordado con el paciente, que primeramente, en sus cinco sentidos y conscientemente, pidió la eutanasia, pero por el avance de la enfermedad terminó en estado inconsciente. Es por esto que las leyes deben de estar muy bien delimitadas, para así poder ver qué casos son eutanásicos y ver cuáles no lo son, porque de ser así serían delitos. Mientras los médicos no mantengan con vida a personas que sufren, no hay delito, pero la distanasia[6], es  ilegal.
Sobre el consentimiento del paciente, “debe proceder como un diálogo entre dos iguales haciendo hincapié en la importancia de la autonomía personal y la libre determinación”[7] del paciente.  Y antes de haber hecho una elección de sí hacer la eutanasia o no, el paciente debe de tener “información pertinente suministrada por los profesionales de la salud”[8], preguntar si no comprendió bien algún término médico, para finalmente dar “su consentimiento o negarse”[9].
“Los filósofos que recurren al concepto de autonomía afirman que los pacientes competentes deben elegir su propia muerte. Esto significa que es crucial afirmar el derecho de las personas a tomar decisiones centrales y que debe permitírseles terminar con su vida cuando lo deseen, al menos si su decisión no es completamente irracional”[10].
Al igual que en la investigación biomédica, en la eutanasia “la hoja de información y el formulario de consentimiento, junto con otros documentos relevantes”, deberían “ser revisados por los comités de ética”[11]. Aunque lo importante es la voluntad del paciente, no estaría nada mal una lectura y un análisis a la situación, ver si hay alguna alternativa a la enfermedad que no sea la eutanasia. Para esto habría que ser muy rápidos, pues el tiempo no se detiene, y menos si se tiene una enfermedad terminal o desconocida, no hay que prolongar el dolor de los pacientes.
La eutanasia y “la calidad de vida” están ligadas, ya que la eutanasia es poner un fin a una vida “cuyas condiciones vitales no sean consideradas suficientemente aceptables”[12], una vida “no-digna”. Pero, ¿qué es lo digno? La dignidad es “el disfrute de una calidad de vida, conciencia, o capacidad de autodeterminación”[13]. Aunque, por el simple hecho de nacer como un ser racional, ya se es digno, hay que dejar a un lado los prejuicios sociales, hay que dejar de ser una sociedad para ser una com-unidad.
“Kant distinguió entre dignidad ontológica, como valor intrínseco, inviolable, incondicional, que no varía con el tiempo y no depende de circunstancias exteriores o de consideraciones subjetivas, y dignidad moral, como aquella que el hombre tiene en mayor o menor grado según las acciones que realice, si estas son acordes o no a la dignidad ontológica del ser humano”[14].
La “calidad de vida” es un término muy ambiguo, y por él se puede entender que hay vidas mejores, y que las hay peores. Sin embargo: se está; se es. Biológicamente puede haber personas sanas o poco enfermas, pero también existen personas delicadas de salud. Sin embargo la calidad de vida recae en la ética de las personas, no en la salud, aunque es bien sabido que hay que cuidar la salud, pero comer manzanas y hacer ejercicio no hará que una persona sea ética, eso sólo es una dieta y voluntad para hacer ejercicio.
La eutanasia no es legal en México, sin embargo en el 2007, el PRD (Partido de la Revolución Democrática) hizo un intento de legalizar la eutanasia, que no tuvo resultados a favor[15].  Esto puede que se deba principalmente, a las creencias religiosas de la mayoría de los ciudadanos[16], ya que ven al hombre desde el punto de vista religioso, (cristiano y católico principalmente, aunque actualmente hay una gran diversidad de creencias), en el que Dios “creó al hombre a su imagen y semejanza”, imago Dei, y sólo Él tiene el poder de quitar la vida cuando sea tiempo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta, que el ser humano es una unidad físico-somática y psíquica. Con capacidad racional, y con sentimientos, y por ende con necesidades que no pueden esperar a la voluntad divina. “La convicción de que la vida humana es sagrada quizá sea uno de los argumentos más fuertes contra la eutanasia”[17]
Reiterando la ilegalidad de la eutanasia en México, cabe mencionar que los ciudadanos interesados en la legalización de dicha propuesta pueden practicar la desobediencia civil. Rawls dice que la desobediencia civil es ‘un acto público, no violento y hecho en conciencia, contrario a la ley y habitualmente realizado con la intención de producir un cambio en las políticas o en las leyes del gobierno”[18].
“El disfrute de las libertades civiles no basta, no es pleno si no se acompaña del ejercicio efectivo de la libertad política que es el alma de la democracia constitucional”[19]. Para Habermas “la desobediencia civil se convierte en un instrumento necesario y útil para el Estado democrático y social de derecho, para su perfeccionamiento y consolidación, sobre todo, en momentos críticos y excepcionales de crisis de legitimación social y legitimidad de ciertas políticas gubernamentales”[20].
Es decir que mediante una protesta, o una iniciativa de ley, el pueblo votará según sus ideales y según lo que considere mejor, pues el hombre por su capacidad racional, siempre tiende al bien.
Sin embargo, la eutanasia tiene pros y contras. Entonces, ¿qué hacer? La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el Artículo 25 dice que “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”[21]. Entonces si una persona se enferma muy grave, este artículo dice que contará con asistencia médica, los llamados cuidados paliativos. Sin embargo, ¿qué hacer cuando el dolor sea demasiado? ¿cuándo la persona tiene dificultades para hacer lo básico para sobrevivir, como comer o respirar?
Simone de Beauvoir se  “preguntaba cómo se las arregla uno para vivir cuando un ser querido nos ha gritado: ¡Piedad!”[22], pues es tanto el dolor que sienten, que es mejor morir; que los ayuden a morir y a terminar con el insoportable dolor.
“Todos los hombres son mortales: pero para todos los hombres la muerte es un accidente y, aun si la conoce y la acepta, es una violencia indebida”[23]. Con esta frase, Simone nos hace ver que la muerte, de cualquier manera que esta sea, es una tragedia, es el fin de la vida; aunque es parte del ciclo vital, es lo más seguro que se tiene en la vida.
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En lo personal, el “iusnaturalismo deontológico, crítico o moderado”, es el que me parece más adecuado, pues así a la hora de aprobar no una ley de eutanasia, se tendría en cuenta los “derechos morales fuertes (strongs rights)[24] que se desprenden de “los principios básicos como el de la dignidad humana e igualdad política”[25].
Al realizar una eutanasia, no importa la ley en sí, sino la acción. La moralidad y la ética, es decir que cuando se realice una eutanasia será porque realmente será necesario, porque el dolor de una persona era demasiado e interminable, y porque el mismo paciente le pidió al médico, que terminara con el dolor que sentía, y el médico realizó la eutanasia, sólo con el fin de terminar con el dolor.
“Al lado de los derechos legales existe otro tipo de derechos cuyo fundamento jamás será el consenso social reconocido de una norma sino, según le hemos visto, un cierto tipo de moralidad básica”[26].
También me parece una idea interesante la de la desobediencia civil, que si bien suena algo agresivo, no lo es en absoluto. Ya que tanto Rawls, como Habermas hacen una reflexión sobre dicho movimiento, y llegan a la conclusión de que la desobediencia civil “está justificada  moralmente ya que la pretensión de que sus propuestas sean aceptadas por todos se lleva a cabo mediante una apelación a la moral de la colectividad (principios, derechos)”[27].
Ha de ser interesante ver lo que sucederá en un futuro próximo sobre esta temática, o sobre cualquiera otra que trate la bioética, (el valor de la vida humana; el aborto; el trasplante de órganos; la pena de muerte, etc.), pues la bioética trata temas que parecen sencillos, pero sólo es a simple vista, porque cuando se trata de vidas (humanas), nada es sencillo, y menos cuando la vida humana no está sola, sino que existen avances científicos (que tienen muchas ventajas, pero nada es totalmente perfecto, y hay cuestiones que nos hacen pensar y volver a pensar, hasta llegar a una conclusión para luego volver a re-plantearnos todo, otra vez).


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[1] Rafael E. Aguilera. Teoría política y jurídica. Problemas actuales. Ed. Porrúa, 2008. P. 13
[4] Ibidem

[6] Tratamiento terapéutico desproporcionado que prolonga la agonía de enfermos desahuciados. (http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=Antonomasia)
[7] Adolfo Martínez Palomo. Bioética: En busca de consensos sobre el consentimiento. Ed. El Colegio Nacional. 2009. P. 68
[8] Ibidem. P. 69
[9] Ibidem
[10] Ronald Dworkin. Lifes dominion. An argument about abortion, euthanasia and individual freedom, Nueva York, Vintage Books, 1993, p. 190 en (http://www.bibliojuridica.org/libros/1/172/14.pdf)
[11] Ibidem. P. 70
[13] Ibidem
[14] Ibidem
[16] Ibidem
[17] Ronald Dworkin. Ob. Cit. P. 195 en (http://www.bibliojuridica.org/libros/1/172/14.pdf)
[18] Rafael E. Aguilera. Ob. Cit. P. 82
[19] Ibidem. P. 86
[20] Ibidem.
[22] Simone de Beauvoir. Una muerte muy dulce. Ed. Sudamericana. P. 55
[23] Ibidem. P. 98-9
[24] [24] Rafael E. Aguilera. Ob. Cit. P. 13
[25] Ibidem
[26] Ibidem. P. 89

sábado, 17 de diciembre de 2011

¿Cambios?

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Hay decisiones que tomamos fácilmente... Y existen otro tipo de decisiones; esas que se "piensan" y vuelven a "pensar", pues hay mucho que reflexionar sobre cierto tema. 
Yo me encuentro en un dilema, bueno ya no, pues ya creo saber lo que haré. 

Quiero empezar de nuevo, y no hace falta que sea fin de año o año nuevo, para comenzar a cambiar... Y por cambiar no se entienda algo así como dejar de ser lo que se es, no, claro que no! Sino que hay que tender a un bien, una perfección, pues el ser humano nace y es perfecto, pero, por sobre todo, es perfectible.

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

"Buena suerte y hasta luego"

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Todo lo que escribo, con el paso del tiempo lo dejo ir. Depósito todos los papeles en una caja; los sacó al jardín de enfrente, y les susurró "valientemente" un adiós. "Buena suerte y hasta luego" a dónde sea que vayan, sean leídos o no.
Durante este duelo, me pongo a pensar en lo malos que son esos/estos textos. Pienso en lo estúpidos que son, en lo estúpida que soy; y luego vuelvo al pensamiento de si serán leídos o no, ¿qué dirán todas esas -otras- personas? 

A través de los textos de una persona, conoces lo más profundo de su ser. 

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El punto al que quiero llegar es a un cambio: el de ya no deshacerme de mis textos, ya que quiero guardarlos -para siempre, como todos esos boletos del cine, conciertos y demás tickets que conservo en una pequeña caja, al fondo de mi armario-. Quiero ser más "organizada", o mejor dicho "constante", y escribir en este espacio, o en cualquier papel que tenga a la mano. Escribiré sobre lo que sea, sobre nada y sobre todo;  porque si me hago "observaciones" o mejor dicho "restricciones", sé que no podré y fracasaré. 

En fin, como ya mero se termina el año, mi objetivo/propósito será no abandonar este blog (como los otros)... Cualquier "poesía" (entre-comillas), cualquier ensayo de la escuela, cualquier pensamiento que circulé por mi cabeza, lo reservaré para escribirlo aquí.

Aunque quisiera alguien con quien hablar -a veces-, prefiero escribir, escribir es más hermoso. Aunque ésto es una "escritura digital" Jaja! Ni sé si exista ese término...

En fin, es algo tarde y yo con un deber pendiente.


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jueves, 8 de diciembre de 2011

Coexistencia de las culturas hispanoamericana y angloamericana

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He aquí otro trabajo final, este es para la materia de Filosofía en México... Hay mucho que tengo que revisar y profundizar, pero por cuestiones de tiempo así lo entregué... A ver qué tal me va. 

Si alguien lee ésto, y se da cuenta de algún error, o tiene alguna duda o sugerencia, o crítica CONSTRUCTIVA, adelante.



Coexistencia de las culturas hispanoamericana y angloamericana

Si bien Roger Bartra propone el mito del héroe agachado, que “representa a los campesinos sin tierra, a los trabajadores sin trabajo, a los intelectuales sin ideas, a los políticos sin vergüenza… En fin, representa la tragedia de una patria en busca de la nación perdida” (Bartra 210). También dice que “el mexicano no tiene sentido…pero tiene sentimientos” (Bartra 215). Entonces, ¿hay algo que México e Hispanoamérica tienen que celebrar? Carlos Fuentes dice que a pesar de las crisis padecidas sean económicas o políticas, Latinoamérica tiene algo que celebrar, y es “la cultura que hemos sido capaces de crear durante los pasados quinientos años, como descendientes de indios, negros y europeos, en el Nuevo Mundo” (Fuentes 10), ya que no hay otra cultura igual a la nuestra, con “una riqueza y continuidad comparables” (Fuentes 11).
Don Porfirio Díaz dijo “¡pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de EUA”. La frontera entre Angloamerica y Latinoamérica es de 2 500 millas, y es atravesada no sólo por mexicanos, sino que personas de América Central, Colombia y el Caribe se proponen ir hacia los Estados Unidos de América. La frontera es cruzada por “los hombres y mujeres más valientes y determinados de todo México” (Fuentes 371) con fines laborales y económicos: el sueño estadounidense.  Sin embargo, al cruzar la frontera del norte, ¿están realmente cruzando una frontera para ir a otro lugar desconocido? Dice Carlos Fuentes que “en realidad no es una frontera sino una cicatriz. ¿Se habrá cerrado para siempre?, ¿o volverá a sangrar un día?” (Fuentes 372) ¿O se harán más y nuevas cicatrices?
Los inmigrantes son las víctimas perfectas ya que no hablan el inglés. Muchos hispanoamericanos son torturados física y psicológicamente, y si les va bien, son regresados al otro lado de la frontera. Se calcula que cerca de medio millón de inmigrantes logran atravesar la frontera anualmente para luego ser acusados de “desplazar la economía de los Estados Unidos y aun de dañar a la nación, amenazando su integridad cultural” (Fuentes 372). Como si los Estados Unidos fuera una unidad cultural, que sí lo es, pero es una unidad conformada por diversas “comunidades” instaladas en ese, su lugar geográfico; ya sean europeos, asiáticos, cristianos, testigos de Jehová, etc. Estados Unidos no es per se, sino que todos los habitantes del mundo de la raza que seamos y las creencias que tengamos, conformamos a dicha nación que para nada tiene una sola cultura.  EUA es una de las naciones con una diversidad cultural increíble, tanto en número como en características particulares.
La economía norteamericana necesita de los inmigrantes, aunque ellos no los quieran y promuevan leyes anti-inmigrantes. Los inmigrantes son quienes “se ocupan de los servicios que nadie quiere seguir cumpliendo” (Fuentes 372). Por ejemplo los choferes de los autobuses, los intendentes, los agricultores, entre otras muchas ocupaciones.  Es cierto que el mexicano tiene el arquetipo del pelado, como diría Samuel Ramos, “ese desecho social de la gran ciudad, a un primitivo” (Bartra 208), pero también posee una fuerza debido a toda su historia y todo lo que ha padecido, aunque también tiene una debilidad. El mexicano puede ser un pelado, pero también puede ser un gentleman o caballero, depende la circunstancia. Además “el trabajador inmigrante mantiene bajos los precios y alto el consumo” (Fuentes 372). La única finalidad que se tiene, es la de trabajar para ganar en dólares y enviarlos a sus familias, las famosas remesas.  
En el momento de cruzar hacia “el otro lado”, el inmigrante se cuestiona, o al menos tiene el sentimiento de pertenencia, de identidad, “¿acaso no ha sido ésta siempre mi tierra? ¿Acaso no estoy regresando a ella? ¿No es siempre esta tierra, de algún modo nuestra?” (Fuentes 373) En realidad Hispanoamérica no fue en busca de  Angloamerica, sino que fue a la inversa. Pues Estados Unidos ganó el territorio hispanoamericano, y se ve nítidamente en los nombres de sus ciudades y calles: Los Ángeles, Sacramento, San Francisco, Santa Bárbara, San Diego, San Luis Obispo, San Bernardino, Monterey, Santa Cruz (Fuentes 373)
Los Ángeles es la tercera ciudad con más población de habla española, “después de México y Buenos Aires y antes que Madrid o Barcelona” (Fuentes 374). Sin embargo, en la ciudad de San Antonio prevalece un multilingüismo que surge de la pluriculturalidad que se da en la ciudad de los Ángeles. Si bien es bueno tener una sola lengua, una lengua madre para poder entender con facilidad; un multilingüismo no es una mala idea, pues es ahí que se hacen presentes las diferentes culturas, y no perecen, sino que van coexistiendo la una con la otra, incluso surgen nuevos términos lingüísticos, y hay más “cosas” por estudiar, en este caso lenguas.
Con la lengua española hay un problema, pues mientras unos están bien sólo con el inglés o el español (monolingüismo), otras personas son bilingües. Los hispanoamericanos quieren conservar su lengua, entonces ¿qué hacer? ¿Ser mono-lingüista o bilingüe? En los carros de Texas hay calcomanías que dicen que “el monolingüismo es una enfermedad curable” (Fuentes 378), entonces el multilingüismo surge por la diversidad cultural, y la adaptación y supervivencia de “los visitantes”. “Tengo la impresión de que los autores mexicanos subestiman los efectos de vivir a la sombra de los Estados Unidos  en los sentimientos de inferioridad” (Bartra 210). Roger Bartra dice que el mexicano utiliza a la comunicación para “defenderse y poder escabullirse” (Bartra 212) y como ejemplo está Cantinflas en quien no hay una búsqueda de superación. Muchos hombres y mujeres tienen como arquetipo a este actor.
Hispanoamérica ha creado, fundado y mantenido una cultura, su cultura en los Estados Unidos, aunque a veces tengan que adaptar ciertos detalles para que no sea rechazada e ignorada. Los hispanoamericanos se preguntan “¿Qué aportamos a la sociedad norteamericana? ¿Qué nos gustaría retener de nuestra herencia? ¿Qué deseamos ofrecerle a los Estados Unidos?” (Fuentes 376). Pues no sólo se trata de compartir los platillos típicos de la región, sino que también se comparte la lengua, la literatura, la música, la pintura, el baile y el cine, entre otras muchas actividades.
“Las dos culturas coexisten, pero se cuestionan y se critican” (Fuentes 377) en aspectos religiosos, políticos y económicos y hasta sobre la muerte. Sin embargo ninguna cultura está exenta de fallas, y es necesario cooperar y comprender al otro, que a fin de cuentas es como uno mismo. Hay que borrar ese término de la otredad, pues ¿quién es la otredad? Bien podemos ser de diferente color, estatura, cultura, pero no por eso ya no somos iguales, somos seres humanos con el mismo fin de la realización plena.
“La enchilada puede coexistir con la hamburguesa” (Fuentes 377), aunque la hamburguesa o la cultura angloamericana sea superior que la enchilada o la cultura hispanoamericana. Aunque no es posible que una cultura sea mejor o superior que otra, pues en todas las culturas existen errores; la cultura superior sería aquélla en la que se tomaran todas las mejores características de cada cultura que hay en el mundo, aunque esto es tarea de nunca terminar pues cada cabeza es un mundo. Sin embargo,  no hay que olvidar que somos una unidad que necesita de la comunidad, y es por eso que las culturas necesitan estar en contacto para sobrevivir pues “perecen en el aislamiento” (Fuentes 378). Aunque también existen las guerras sangrientas sin sentido, simplemente porque se es de otra religión o de otro país. Entonces, ¿defenderse, extinguirse o rendirse e incorporarse a la otra cultura más poderosa? Los ideales son lo más importante que un hombre tiene, aunque habrá gente que prefiera morir antes que cambiar su ideología; hay gente que preferirá conservar la vida, cambiar o modificar  su ideología en el exterior, pero mantenerla incólume en su interior.
La religión es un factor muy importante para el hombre que, esté donde esté, siempre estará religado con el Ser Supremo.  También se hablan de otros valores como “el respeto, el cuidado y la reverencia debidos a los viejos, el respeto hacia la experiencia y la continuidad, más que el asombro ante el cambio y la novedad” (Fuentes 378). Este valor no es para la gente grande en sí, sino que es un respeto a lo que esas personas conocen y transmiten mediante la oralidad, la comunicación. Para la cultura hispanoamericana “los viejos son los que recuerdan las historias, los que poseen el don de la memoria. Se puede decir que cada vez que mueren un hombre o una mujer viejos en el mundo hispánico, toda una biblioteca muere con ellos” (Fuentes 378). Esto se debe a que con los años, la gente se llena de experiencia, y como seres racionales, por medio de la comunicación, se puede transmitir todo eso vivido. El valor de la familia también es muy importante, aunque hoy en día, no son generales estas ideas, pues en la actualidad es muy común ver noticias sobre violencia familiar. Los tiempos cambian, las personas cambian o se pervierten, los valores cambian, si es que los hay pues estamos en eso que llaman la postmodernidad donde los valores entran en una crisis.
 En México coexisten las ideas y acciones conservadoras, con las liberales pues no es un lugar en el que haya mucha acción, simplemente padece, y padece en silencio, aunque hay regiones en las que cada día hay una marcha laboral, estudiantil, etc. Es una situación maniqueísta entre la pasividad y la actividad. El conformismo, y la búsqueda de un bienestar.
¿Adaptarse o extinguirse? ¿Ser culturalmente herméticos o recibir afectuosamente y calurosamente a las otras culturas, tomar lo bueno de cada una de ellas y crecer juntos formando una nueva cultura? Como diría Parménides “ser o no ser”. “¿Mantener la personalidad propia, enriqueciendo la diversidad de la sociedad norteamericana?” (Fuentes 379). Si bien México y los hispanoamericanos coexisten con los Estados Unidos, “lo mexicano es inferior al objetivo que se propone alcanzar, y ese objetivo es Europa” (Bartra 208). No es mejor ni peor la cultura mexicana que la europea; pero la cultura europea está en una edad florecida mientras que la mexicana está en una edad pueril, no por eso no tiene grandes cualidades y características como lo son en la mayoría de los casos el apego familiar, las comidas -sádicas- con chile, la pintura, como los murales de Orozco, que su obra “Prometeo” está en los EUA; las obras de la pareja de Kahlo y Rivera, entre otras especialidades de la cultura mexicana.
“Cuando abrazamos al otro, no sólo nos encontramos a nosotros mismos, sino que incluimos en nuestra vida y en nuestra conciencia las imágines marginales que el mundo moderno, optimista y progresivo ha condenado al olvido, antes de pagar el precio de su olvido” (Fuentes 384). No es rendirse ni extinguirse, es crecer Yo con el otro, crecer en comunidad. Es darse cuenta de que la otredad no existe, todos los artistas plasman lo mismo, ya sea sobre amor o desamor, sobre el fin de la violencia, sobre educación para todos, sobre la naturaleza, etc. Todo nos lleva hacia una igualdad como seres racionales.
 Hay que olvidar esas mentiras que se escuchan de que Estados Unidos acapara la atención y nadie conoce a México. Claro que conocen a México pues ha habido intelectuales mexicanos que han recorrido el mundo con sus obras literarias como Alfonso Reyes; y si conocen a Reyes, conocen “El Sol de Monterrey”, e incluso lo han podido sentir abrasándoles el cuerpo; Octavio Paz con sus ensayos y poesías; Diego Rivera reflejando en sus pinturas el arduo trabajo del mexicano, y el descanso también; Frida Kahlo representando el dolor de ella, y de muchas mujeres mexicanas, entre otros muchos intelectuales ya sean escritores, pintores, músicos, sean lo que sean, son personas que son reconocidas internacionalmente y que hacen ver que en México hay un pensamiento y hay una expresión de el, que sea pueril, es de esperarse.
 Ha habido muchas heridas nacionales, y la primera dice Carlos Fuentes que fue el que América fuera descubierta equivocadamente por los españoles, ya que ellos iban en busca de otro lugar, pero llegaron aquí y nos conquistaron; se impuso la lengua castellana, la virgen de morena paso a ser blanca, la Malinche y Hernán Cortés crean a los mestizos con Martín Cortés, su hijo. Herida tras herida.
“La más reciente herida mexicana se abrió el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco” (Fuentes 286). Aunque actualmente, la herida de México sería el narcotráfico y todas las vidas inocentes que se ha llevado. Las crisis, las heridas no paran, una tras otra son padecidas, aunque ya no tan silenciosamente porque estamos hablando de vidas humanas, millones de ellas.
La educación tiene mucho por hacer, pues la droga no es legal y cuesta muchas vidas, entonces se tendría que empezar a concientizar a los jóvenes para que no abran más esta herida. Que no consuman algo que no necesitan teniendo su cerebro las sustancias que los pueden llevar al mismo estado. Aquí entraría el dicho “el hombre es el único animal que cae dos veces con la misma piedra”. Y por lo visto el hombre es capaz de caer diez mil, “y aún así alzará su copa hacia el cielo”. “La historia, como Saturno, devora a sus propios hijos” (Fuentes 384).
Sin embargo, el mexicano puede cambiar el triste contexto en el que vive, diciendo no. Haciendo la labor que a cada uno le corresponde como trabajador o estudiante. Cada quien puede hacer pequeñas acciones que si las hace cada ser, no serán tan pequeñas pues se reproducen. Estén en donde estén, ya sea en México o en otra parte de Latinoamérica, o en los Estados Unidos, hay mucho por hacer. Hay que hacer algo por la crisis de los valores, hay que volver a ellos, no hay que despegarse de ellos. “Al actuar sobre el conocimiento, podemos confiar en que, en las palabras de William Faulkner, no sólo perduraremos, sino que prevaleceremos” (Fuentes 384).
El mexicano tuvo problemas de identidad, y ahora todo está enterrado en lo más profundo de su subconsciente. Ahora está definido lo que es el mexicano, un ser sin sentido. “que lo niega todo sin razón alguna, que carece de principios, que desconfía de todos y que desprecia las ideas” (Bartra 212). Samuel Ramos se pregunta ¿para qué vive el mexicano? Si ni siquiera reflexiona, “es un caos en el que los individuos gravitan al azar como átomos dispersos” (Bartra 212).  Muy cierto es lo que dice Ramos, pues actualmente no se ve mucha reflexión o pensamiento substancial.
¿Para qué irse a los Estados Unidos? O ¿para qué volver a lo que alguna vez fue parte de la nación? No importa el lugar geográfico en el que el hombre esté, ya que en todos los puntos hay algo por hacer. No es necesario ir a otro lugar para trabajar y mandar las remesas a la familia. Sin embargo, tal vez todo esto de la inmigración tenga un mensaje del que no nos hemos dado cuenta. México padeció la conquista y lo marcó. Esta idea la trae el mexicano en lo más profundo de su ser. Psicológicamente se pudiera hablar de una compensación para no ser totalmente “nación conquistada” sino que hay que moverse para cambiar el pasado, aunque eso no se puede hacer. Sin embargo, lo que sí se puede hacer es hacer que el hecho pasado haya valido la pena. Hubo una conquista y ya no se permitirá que eso pase.
Hay un retorno a lo que alguna vez fue parte de México, el terreno de La Mesilla, y ahí se trata de vivir conforme a sus creencias, costumbres, tradiciones, modas, lengua, en fin, se trata de vivir con su cultura. El mexicano tiene la consideración de no imponerse ante los americanos, sino que simplemente quiere convivir, y es aquí donde se puede ver el ánimo amiguero y fiestero del mexicano. Pero entonces, ¿los mexicanos están conviviendo con los vecinos? O ¿se está sufriendo otra conquista? Ya que  los americanos no dejan que la cultura mexicana entre del todo a su territorio. Se pueden ver dos tipos de “conquistas” pasivas, pues el mexicano no se impone ante el americano, sino que coexisten, pero es porque los americanos no los dejan expresarse libremente y es así que el mexicano tiene que adaptarse a la cultura americana. 
Los estadounidenses no se han dado cuenta de que los mexicanos están es su verdadero hogar, de que no tienen porque tratarlos como diferentes y menos, están en su hogar, y además son iguales, humanos capaces pero limitados, perfectibles.
El mexicano no es mucho de razón, es más de sentimiento, es por eso que nunca hará lo que le hicieron a él. Sino que simplemente coexistirá, crecerá con el otro. Nunca impondrá su cultura sobre otra, sino que prefiere ganarse la amistad de los otros, ¿con qué fines? Puede ser buscando algo a cambio, o simplemente porque quiere estar y crecer en compañía del otro. Quiero tomar lo mejor de la cultura americana, y quiere brindar lo mejor de su cultura a ellos.    
“Nuestra modernidad más exigente nos pide que abracemos al otro a fin de ensanchar nuestra posibilidad humana. Las culturas perecen aisladamente, pero nacen o renacen en el contacto con otros hombres y mujeres, los hombres y mujeres de otra cultura, otro credo, otra raza. Si no reconocemos nuestra humanidad en los demás, nunca la reconoceremos en nosotros mismos” (Fuentes 384). Es necesario humanizarnos frente a la gran deshumanización.

Bibliografía

Bartra, Roger. La jaula de la melancolía. México. Ed. Grijalbo. 1997 en Antología de Análisis e Interpretación de Textos de la FFyL, UANL 2009. 

Fuentes, Carlos. El espejo enterrado. México. F.C.E. 1994